Ser un buen líder
No podemos ser muy eficaces en cualquier área de la vida al menos que poseamos buenas habilidades
de liderazgo. El liderazgo es un arte y cada uno de nosotros tiene que encontrar nuestro propio
enfoque a la misma. En primer lugar, tenemos que entender cómo dirigir a nosotros mismos, y
esto significa que tiene una brújula, una dirección que guía todas nuestras acciones. Esta brújula
a menudo toma la forma de una declaración de misión personal, un documento explicando los
valores que vivimos.
Al dirigir a los demás, ya sea como padres, jefes, en las familias o las organizaciones de las cuales
formamos parte, debemos, ante todo, predicar con el ejemplo, dejando claro cuáles son nuestros
valores y que vivimos por ellos. Cualquier inconsistencia en nuestros valores profesados y
nuestro comportamiento va a ser detectado, visto a través y arruinará nuestra eficacia.
Complicidad personal y la doble moral son los clavos en el ataúd de nuestra capacidad para
dirigir.
Un buen líder conducirá tranquilamente y sutil, desde la parte trasera, sin aspavientos, sin
estridencias. En las palabras del Tao Te Ching,
"Un buen soldado no inspira temor,
un buen luchador no muestra agresividad;
Un buen conquistador no se involucra en la batalla;
Un buen líder no ejerce autoridad.
Este es el valor de poca importancia;
Esta es la manera de ganar la cooperación de los demás,
a esta forma de construir la misma armonía que hay en la naturaleza ".